La piedra se ha utilizado como material de construcción desde la prehistoria. Se trata de un material natural, de reducido impacto ambiental y de una alta durabilidad y conservación. Es un producto muy resistente y duradero, de forma que se convierte en un material de construcción muy valioso con el tiempo. Su apariencia se mantiene a lo largo de los años sin deterioro, ahorrando así costes de mantenimiento.